El ojo arbitrario

.Zamarrean, enhuevan- permítanme el verbo, por favor-, enharinan y golpean a Alicia Kirchner. Desde la política, silencio. En la calle, silencio. Los mensajes a las radios, se inclinan por una justificación promedio: Se la buscó.
Más o menos como el algo habrán hecho. No es raro, porque tiene mucha hinchada la variante del linchamiento que llamamos escrache, recurso corriente de patotas, fascistas de pseudoizquierda y hordas acribilladas de acné.
Hay que dejarse de linchar.

. Es el método turba. La solución por medio del empeoramiento. Si no me gusta, rompo todo, incendio y sigo mi camino. Las cosas no son de nadie y están para ser destrozadas. Pasó en La Rioja cuando se disputaba obscenamente la poltrona de gobierno. En la Patagonia, con luto. Pasó cuando mataron a un guardia, allí mismo, a martillazos y puñaladas, pasa cuando se impide el paso en una calle. Maurras, Sorel, ideólogos de ultraderecha y partidarios de la gimnasia constante de la violencia en la calle, sonríen en algún lugar del tiempo, encantados.
A los botes.



Mario.