El ojo arbitrario

.Encuestas: siempre a favor de quien las encarga. Aquí, y en muchas partes. Hay algo grotesco en esa suerte de confesión: ganás porque pagás, o no perdés como para avergonzarte, por el mismo motivo. De todos modos, encuestas son encuestas, indicios, ciertas pistas: después viene la verdad. De lo contrario, alcanzaría con una gran encuesta para consolidar o cambiar gobiernos. En tanto, el cliente siempre tiene razón.

. El fútbol quilombo. En lugar del juego bonito, el fútbol espectáculo o cosas de esas, hemos creado el fútbol quilombo: gritos acusaciones, cuchilladas, despidos, insultos, dramones de tribuna y desaforados que gritan a las cámaras de televisión algo acerca de la “institución”, y el “técnico”. Está permitido escupir jugadores a lo largo de los partidos.

. El comisario Montalbano está otra vez en las librerías, por suerte.
El tipo, que ya no es joven, se mantiene sensible, duro y honrado. Siciliano , amigo de la buena comida de mar y la pasta – se llama Montalbano, porque el autor admiró mucho a Manuel Vázquez Montalbán, gran narrador de historias de misterio y miserias humanas y, desde luego, con la cocina y la mesa en el centro de casi todas las historias de su héroe sombrío, Carvalho-, tiene una novia en Roma y una sueca al alcance de la mano. Su historia reciente, “Un giro decisivo”, transcurre en la Italia a la que llegan, desesperados, inmigrantes ilegales africanos explotados sin misericordia por traficantes de hombres.
(“ Un giro decisivo”, Andrea Camilleri, Salamandra).

Mario.

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