viernes, 29 de junio de 2007

El ojo arbitrario

. Le gente se queja: no hay monedas. Un problema crónico, que cualquiera con buena memoria y algunos años recordará como asunto lejano, permanente, viejo.
Problemas con los vueltos, con el redondeo que no conforma a nadie, con los viajes. Que no haya monedas es otra manera de robar la vida. Si los asuntos mínimos no se resuelven, hay que poner horas, jugo existencial, sudor, horas.
Cada año, y todos los años, faltan monedas.
Robo de la vida.
Otro.

. De Jorge Moro Antuña, poeta vegetal –casi inmóvil-, enquistado en Ibiza: “No recuerdo cuándo empezó el frío/ pero el hijo de puta/ no se ha ido. / Es un frío de costillas y ojos/que no respeta soles, veranos ni piernas calientes. Cuando se vaya, /si es que se va,/ empezaré/ lo creas o no/ a correr hasta el mar de los demonios”.

. ¿ Por qué impulsan una tristeza rara las botellas de plástico sobre los techos de los autos, para indicar que se venden?

Mario.
eltoquemactas@gmail.com

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En fin... (hoy las musas han pasao de ti...)

madreselva dijo...

qué bello Jorge Moro Antuña, y que nos lo prestes.

Anónimo dijo...

Madreseva: Jorge Moro Antuña debe ser llamado, ya.

Caballo.

Anónimo dijo...

Las musas han pasao de mí.
Sólo que no hay musas. Hay, tal vez,diosas blancas(Robert Graves).
Andarán de vacaciones.
Mario.

Anónimo dijo...

Madreselva: habrá más Jorge Moro Antuña. Tengo.
Mario.