miércoles, 23 de mayo de 2007

El ojo arbitrario

.Perros de la calle. Una de las maneras de medir la calidad de la vida en una ciudad, hoy, y siempre. La cantidad de perros de la calle es inversamente proporcional a la calidad, y sólo los enamorados de la pobreza pintoresca –los hay, tienen derecho-, pueden pasárselo bien entre pies descalzos y bestias pobladas de pulgas, con ojos apagados , sin brújula. Más perros de la calle, más jodidas las cosas de vivir.
La ciudad de Buenos Aires expone una cantidad en crecimiento de perros de la calle. De manera que, ya ven. Hay perros en la periferia, hay perros en el obelisco – maldito adefesio-, hay perros en la calle Florida: ayer vi a uno, negro, en agonía entre las piernas de la gente. Frente a él , un grupo de músicos bolivianos la emprendía con entusiasmo con un takirari , supongo.
Hay perros a los que se les abre una puerta para que ganen la calle y se busquen la vida en la basura. Hay perros que forman manadas en las plazas y parques. Hay perros completamente locos que trotan entre los coches en la 9 de Julio.

. Leo a los saltos, con brusca excitación, los Poemas de Emily Dickinson, con selección y prólogo de Silvina Ocampo (Tusquets).Releo, en realidad, porque lo encontré, tenaz y polvoriento, en una pila de libros en desorden. El problema-porque me encuentro con uno- es que tal vez debí dejarlo bajo el polvo y a merced de los ácaros: no termino de decidir si me parece altísima o lamentable. Lo más desconcertante es que estoy muy entrenado en la lectura de poesía desde la infancia, ya lejana, por suerte, y Emily –incluida por Harold Bloom en su implacable Canon Occidental, donde sólo la acompañan en su campo Whitman, Neruda( otro Whitman) y Shakespeare, si ustedes quieren, en algún aspecto- ,no para de desorientarme.
“ Los pies de la gente volviendo a sus casas/ más alegres caminan con sandalias/el azafrán -hasta que brote-/ vasallo de la nieve/los labios en aleluya/ largos años de práctica llevan hasta que/de tanto en tanto estos barqueros/cantando caminan por la orilla”
. O Emily Dickinson escribió desde una fragmentada psicodelia, o alguien nos está tomando el pelo.

Mario.


eltoquemactas@gmail.com

2 comentarios:

ani. dijo...

el LSD fue sintetizado más tarde, no?

Anónimo dijo...

Si, Ani:más tarde.Tengo que decirte, sin embargo, que mi amiga Molly me mandó a Dickinson en su lengua, en inglés, y el sonido es distinto, melancólico, reflexivo, de gran belleza.
Mario.