martes, 10 de abril de 2007

Naturaleza cyborg




A raíz del texto publicado hoy en el Diario La Nación, "El mundo en 30 años, con chips cerebrales y armas neutrónicas", subo este fragmento de un trabajo que realicé para la Facultad, "Naturaleza cyborg: ¿nace un nuevo hombre?", que creo, se relaciona con la noticia, teniendo en cuenta la revolución tecnológica que domina el siglo XXI.


(El filósofo alemán) Peter Sloterdijk, piensa positivamente al post humanismo: habrá una nueva civilización que evolucionará con los avances en las tecnologías solares, la genética, la biotecnología y la bioinformática.
La evolución cultural es cientos de veces más veloz que la evolución natural. El Hombre perdió la facultad de ser un animal, por eso le interesa pensar el ser humano como fenómeno de lujo, casi milagroso, aparecido en forma aleatoria. Esa criatura lleva una carga hereditaria de enfermedades genéticas que no sirven para nada, pero que lo acompañan. Con la medicina genética, las generaciones futuras, si se lo proponen, podrán eliminarlas y así suprimir sus carencias.
Es por eso que el hombre, medida de todas las cosas, en este marco desaparece. Ballard se pregunta en el prólogo de Crash: “¿no estamos asistiendo al desarrollo de una tecnología perversa, más poderosa que la razón?”[1]
La respuesta que da Sloterdijk es afirmativa, sí, es perversa y poderosa, pero inevitable. Al calificar de “dogmáticos” a los que dicen que “el hombre es hombre en función de sus carencias” el pensador alemán se aleja del humanismo para buscar la perfección en un nuevo hombre, sobrepuesto a la angustia existencial.[2]

[1] James Graham Ballard, Crash, Ed Minotauro, Barcelona, 1996.

[2] Desde esta perspectiva, el humanismo tiene sus raíces en la Antigua Grecia. En El banquete de Platón, Diotima le dice a Sócrates que quien no cree estar necesitado de algo, no desea aquello que no cree necesitar; esto les sucede a los ignorantes, quienes no aman la sabiduría pues creen que ya son sabios. Los dioses ya poseen sabiduría por eso tampoco la desean. Es el demon, quien se halla a medio camino entre el sabio y el ignorante, el amante de la sabiduría. Los hombres amamos lo que nos falta, si no tuviéramos carencias que sanar, seríamos dioses o ignorantes. Deseamos poseer las cosas buenas y bellas para ser feliz. Y deseamos tenerlo para siempre; por eso deseamos engendrar en la belleza. La procreación pertenece al orden de lo divino, es algo inmortal en la medida en que puede darse en algo mortal.
En esta posición “carencial” se basa la concepción de sujeto moderno. Es el mismo Sloterdijk, en Crítica de la razón cínica, quien señala que no fue otro más que Freud el que advirtió la fisura (constitutiva) del hombre moderno racional.

Mery

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Buscar la perfección en un nuevo hombre, sobrepuesto a la angustia existencial", suena a demasiado. La reflexión de Sloterdijk es inquietante. No estoy tan segura de que toda reacción en contra de la manipulación genética pueda tildarse de pensamiento anacrónico o moralista.
M.F.

Anónimo dijo...

Sloterdijk. Eso, me parece,es atreverse a pensar. Silaevolución cultural es más rápida que evolución natural- y lo es- , algo de lo que piensa y dice,pasa.
Caballo.

Anónimo dijo...

yo pienso que todo lo que hagamos o sea haga la medicina para que nazcan chicos y para que vivamos mas es un gran adelanto.luego se vera....
clide