martes, 20 de marzo de 2007

El ojo arbitrario

Hace unas horas, fui a comer a “Yuki ”, el legendario restaurante japonés de mi amigo Kazuo Kaneto, hacia el Sur de la ciudad de Buenos Aires. Coincidimos, como muchas veces, con Luis Alberto Spinetta en la barra, que es donde vale la pena acomodarse en los japoneses. Y lo pasamos muy bien, con mucha risa y mucha parla divertida.
El problema se presentó al volver por las calles siniestras, de amenazante oscuridad habitada por seres que se mueven en la sombra y, sobre todo, atestadas de basurales extendidos.
Siempre se promete limpiar ,organizar el desastre. Nada. Discursos de un minuto, y adiós. Todo el cartoneo se hace con chicos y chicas flacos y tiznados que empujan o tiran de los carros amorfos.
Sin vacunas, sin cuidados, sin nadie: los adultos esperan en alguna parte, sórdidos y miserables, el fruto de la explotación de los niños.
Los mediocres líderes, en el cielo de la indiferencia.

.De Octavio Paz: “Todo es puerta./ Basta una leve/ Presión del pensamiento:/ de par en par se abre la vida.”

. Hay una plaga de periodistas pobrólogos: siempre sus temas refieren dramáticamente a los pobres, por los que se conduelen y sufren. Terminada la tarea, se van a sus bares en coches carísimos.

. Las ideas que sueltan, por otra parte, cada vez que escriben o ven un micrófono: frases hechas y superadas, slogans polvorientos, nuevas locuras colectivas en torno de botarates delirantes tomados por transformadores del mundo. Como suele decir una inteligente amiga: “El país siempre está, en asuntos de ideas, en la edad del pavo.”

Mario.


El flaco Spinetta y " Buenos Aires alma de piedra"



eltoquemactas@gmail.com

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