martes, 31 de julio de 2007

El ojo arbitrario

. “La muerte no es el final” es, cuenta la ministra de Defensa española en una entrevista(“El País”), una canción militar de allí. Lleva un título bonito, no puede dudarse. A Ingmar Bergman, que ha muerto, el tema no le fue ajeno: los duros cielos , los helados cielos de varias de sus obras maestras, son interrogados: “¿Estás ahí?”, “¿Es la muerte el final?”.
En todo caso, murió Bergman, poeta impiadoso de la vida humana y de la muerte, su socia.
También ha muerto Michelángelo Antonioni,el silencioso. Una forma de contar en cine como no se había conocido hasta su llegada.
Hay que admitir,supongo, que con el sueco, y no menos con Antonioni, se produjo una sobredosis de interpretación , teoría y tambores de guerra: eso era cine, no el norteamericano.
Los críticos-primero-, y directores luego de “Cahiers du cinema”, fueron por la reivindicación de Hitchcock, el inglés y el de Estados Unidos, de Frank Capra, Peckinpah, de John Ford, y sigue la lista : todo era sueño, interrogación, historias, arte. Era lo mismo.
Un sistema para hacernos pensar que la muerte no es el final.

Mario.

eltoquemactas@gmail.com

2 comentarios:

madreselva dijo...

ahhh...Mario, es una delicia pasar por aquí. Dónde y con quién hablar de Bergman, ese hombre que con su obra nos hizo un tiempo de oro, en que podíamos tomarlo en esas imágenes. Se nos brindaba, para que hiciéramos un festín de proyecciones. De ese tiempo donde se podía coquetear con el drama. Todo podía estar tan cerca y tan lejos a la vez...!!
(Nomás arrimo una sensación. Es impecable tu análisis).

Anónimo dijo...

Vaya, Madreselva, cuánta gentileza: te la agradezco mucho más de lo que suponés, estoy seguro.
Mario.